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Hay momentos en los que me pregunto que es lo que tanto amo de él. Que es lo que me genera esa atracción loca, que me obliga a volver sin ver.
Que es lo que me saca el miedo de usar la palabra "amor", y aceptar que tengo la cabeza completamente llena de vos.

Que nunca me prometió nada, y siempre me dijo más cosas con la mirada que con palabras. Que me pidió permiso para abrazarme, igual para soltarme. Que siempre me tocó como a su objeto más preciado. Y me dio su mas dolorosa verdad.

Siempre hubo esa extraña sensación de complicidad, nada podía estar mal si había una sonrisa en nuestros rostros. No existe remordimientos entre nosotros, verguenza, ni un poco de orgullo.
Sólo somos vos y yo, rendidos, no hay nada que deba aclararse.
Y quizás por eso me sigo alejando.
Temor, de poder amarte más de lo que ya he amado.
Porque mientras sigamos agregando momentos a esta historia, no existe nadie más.