Olvidados, abandonados, aplastados, lastimados, obligados a querernos.
¿Quién te manda? ¿Quién te miente? ¿Quién es el que dice que no perdimos la mente?
Y si tan solo con mirarnos, el mundo se desmorona, si tan solo con tocarnos, la tristeza se siente un poco menos sola.
No dejes a mi ilusión volar, y nunca se te ocurra privarme de tu sonrisa. Si al encontrarte yo te quise, y al perderte no te olvidó. Yo te esperaré siempre del otro lado del río.
Y si el destino permite que cada una de mis locuras te confiese, no me mientas, no te calles, no me des vuelta la cara. Si yo te quise, te quiero, no me arrepiento de nada.

Agarrando el paracaídas todavía sin haber subido al avión. Precavida porque para otra cosa no sirvo, no es normal que me lata tan fuerte el corazón y menos cuando hace tiempo que vivo enterrada. No me traigas flores porque llorar no quiero, no me digas que te necesito porque eso no puede ser verdad. Devolveme mi amargura y mi tristeza, no me siento segura de la mano de la felicidad.¿Y si canto y demasiados me escuchan? Para luego recordarme que un día canté. No quiero hacer público esto que todavía no siento. Corriendo por llegar, aún cuando no sé hacia donde voy.