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Extraño tu boca, meter las manos en los bolsillos de tus busos, tocar tu espalda, besar tu cuello y hacerte masajes en el pelo. Extraño sentarme al lado tuyo aunque pasara el tiempo sin hablarnos, mirar programas de cocina e imaginar nuestro futuro en un palacio. Extraño tus caras raras y tus imitaciones de bebé, tus uñas largas y los partidos de boca. Extraño tus "buen día" y saber que comes todos los mediodías, saber cuando no hacías nada en el trabajo, y todas las veces que te quedabas dormido. Extraño nuestras largas caminatas, fumar un porro en nuestra callecita, que me acompañes a mis ferias y verte bailar desnudo. Extraño tus manos chiquitas, tus largas piernas y tus ojos rojos. Extraño el ruido de tu risa que casi ya no recuerdo. Extraño tu panza sobre la mía, que hagas que me de piel de gallina, que te rías de como hablo, y me putees cuando no me decidía.  Extraño levantarme en la mañana y verte durmiendo al costado de mi cama. Extraño los digestivos, nuestros bajones, las pringles con ades, hasta ir a uggis. Extraño verte flashear con las estrellas que aparecen en el cine antes de una película, sacarte puntos negros, mirar capusoto, que me hagas cosquillas. Te extraño y haberte lastimado no quita todo lo que te quiero. Que todavía me iría a san diego, si un día me prepones, yo agarro mis cosas y no vuelvo.
Que miento si digo que todavía no espero un mensaje tuyo, que me se tu número de memoria, y todavía sueño con algún que otro beso tuyo.
Que espero que todavía no hayas entrado a este blog. Para que cuando entres, lo primero que veas es esto, que es para vos.
Perdón, si alguna vez me consideraste el amor de tu vida, perdón si creiste que algún día cambiaría, que había un futuro juntos, o que nunca te lastimaría.
Yo te quiero todavía. Y no pienso volver a escribir, hasta saber que esta carta fue leida.