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Eternos desconocidos, arrastrándose por un recuerdo, resistiendo hasta necesitar nuevos.
Siempre del otro lado, esperando ese llamado, con temor.
Con el tiempo fui aceptando esta eterna despedida, ese adiós intermitente, que no deja de hacerse presente.
Enfocarse en que nos une y no en eso que siempre nos aleja.
Rogando porque el destino nos acerque, cuando nunca pudimos borrarnos de nuestra mente.
Los momentos se van acumulando y nuestra miradas no son las mismas de hace unos años.
¿Que no sabemos?¿Que no podemos decirnos? ¿Cual es el temor? ¿Que estamos esperando?
Podemos mentirnos cada noche, mirar para otro lado y fingir desencanto.
Pero los dos sabemos mi amor, que cada vez que se rozan nuestras panzas, cada vez que nos miramos a los ojos, y que tu respiración se mezcla con la mia.. No hay mentira que valga, no excusa ni silencio, que pueda ocultar, esto. Esto que nos negamos a apagar. Este tiempo que no nos deja huir. De esto. Esto que no tiene explicación, ni nombre, ni palabra, o definición.