Te miro y no puedo creer que tu boca esté sobre la mía una y otra vez, como fue y como ha sido antes. Se salen de mis esquemas esos besos fugitivos con palabras en el medio y suspiros al compás. Se funden nuestros cuerpos, nuestros ojos, otra vez. Te miro y te pido que me despiertes, aunque en el fondo sé que no estoy soñando. Te sigo besando aunque los dos sepamos que ninguno de esos besos es verdad.
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